Reparar humedades
El 10 de abril de de 1912 zarpó del puerto de Southampton el mayor barco de pasajeros del mundo con 28,19 metro s de manga (anchura) y 269,06 de eslora (longitud). Se decía que era imposible que este barco se hundiera, de hecho, cuando una pasajera preguntó al mozo que estaba cargando su equipaje si era cierto que ese barco no se podía hundir el chico le contestó: «Así es señora, ¡ni Dios mismo podría hundir este barco!». Pero ese barco sí se hundió.
La noche del 14 al 15 de abril de 1912, durante su viaje inaugural, el Titanic chocó contra un iceberg en el océano Atlántico. El buque se hundió en menos de tres horas. No se sabe cuánto medía exactamente la brecha que se abrió en el casco debido a la colisión con el iceberg pero los cálculos más aproximados hablan de unos 76 metros. Por esa brecha tan pequeña (en comparación con las medidas del barco) entró el agua que fue inundando los compartimentos estancos hasta que a las 2:20 del lunes 15 de abril el Titanic se hundió por completo.
El ejemplo del Titanic nos sirve para analizar la siguiente situación: debemos reparar humedades, filtraciones de humedad y grietas que podamos tener en techo o paredes lo antes posible. Claro, nuestra casa no se va a hundir, pero no reparar humedades (por pequeñas que parezcan) puede ser un error que nos salga caro. La reparación de goteras debe realizarse sin dilación ya que podemos pasar de una simple mancha o una simple gota a problemas mayores como que la grieta se haga más grande (dejando pasar más agua) o incluso conseguir que el techo se venga abajo. En el caso del Titanic poco se pudo hacer para reparar el daño pero para reparar humedades tenemos muchas opciones a nuestro alcance. Todo dependerá del tipo de humedad o filtración que tengamos. Si tenemos dudas consultemos con un profesional.
Por una «pequeña» brecha en el casco el Titanic acabó hundiéndose causando la muerte de 1514 personas. Que una pequeña filtración o gotera no acabe inundando las estancias de nuestro hogar.